Saturday, May 16, 2009

las batallas del baño


(1 mayo - 16 mayo 2009)

Las batallas del baño (o un asesinato sin querer y un perdón empático)


Hace un mes le perdoné la vida a un alacrán y ayer asesiné a mi computadora. He tenido dos encuentros en el baño, o más bien, dos confrontaciones. El baño, esfera lúdica para echarse pedos a gusto, hacer atrocidades sin que nadie pueda decir nada al respecto, lugar para apapacharse y hacerse menjurjes en la cara y en el cuerpo, espacio en el que veo mi cara por la mañana y por la noche; no sé cómo sucedió, pero el baño se ha convertido en un campo de batalla.
Ayer asesiné a mi computadora.
Algunos dirán que no fue a propósito, que realmente no quise hacerlo, pero la verdad es que al ver el cadáver a mis pies, al ver la pantalla hecha pedazos como un espejo al que le echaron siete años de mala suerte, la intenté resucitar, le toqué todas las teclas, la acaricie, le dije palabras hermosas, le canté canciones de cuna.
Pero mis lagrimales parecieron caducos.
No exprimí ni una sola lágrima al ver el cadáver de mi bebé, la que era mi amante, mi eterna compañera de insomnios, malos humores y espacios creativos, la miré y no lloré.


Hace un mes un alacrán me picó el pie al entrar al baño; o más bien al entrar al baño pisé un alacrán el cual, al sentirse agredido por un pie tanto más grande que él, me picó. Levanté el pie para encontrar el alfiler que sentí penetrar en mi piel y al voltear la mirada hacia el piso encontré al culpable de mi dolor. No sé quién estaba más asustado.
Recuerdo no haber gritado. Si no hay nadie que pueda responder al grito, entrar para salvarte, poner el hombro para que llores o que te cargue para trasladarte a un sitio más seguro, la verdad es que no vale la pena desperdiciar un grito.
Lo vi y estoy segura de que mi mirada tenía respuesta.
No sé quién estaba más asustado.
No podía matarlo. Hace un año y más estaba en un hotel con una amiga, celebrando un aniversario de amistad y aprovechando para platicar durante días y horas; por la noche, antes de dormir, vi un alacrán. Lo mataron. Al día siguiente su compañero apareció. También lo asesinaron por el bien de nuestro sueño tranquilo. El sonido de sus cuerpo despedazado bajo la suela de un zapato, cómo tronaban y se deshacían aun me persigue en ciertas noches, y me arrepiento de tenerle tanto miedo a mi propio signo.
Hace un mes veía a un alacrán que estaba absolutamente aterrado sobre mi tapete de baño anaranjado y no sabía qué hacer mientras recordaba a sus familiares liquidados a causa de mi terror ante su cola y tenazas.
No lo podía matar, el asesinato de aquellos otros tanto tiempo antes me lo impedía (al igual que mi signo astrológico), y no podíamos convivir en casa. Soy solitaria por convicción y porque el nudismo me sienta bien.
Lo enrollé en el tapete de baño sobre el que estaba mientras me miraba y lo sacudí fuera de la ventana. Le recé a todos los santos en los que nunca he creído, a las vírgenes promiscuas y a las estrellas que leo a diario, que el pobre alacrancito del tamaño de la palma de mi mano supiera volar.
Sigo esperando a que su pareja me reclame las clases de vuelo a fuerzas, sigo esperando y observo el piso del baño. Ahora tiene un nuevo significado.
Asesiné, sin querer, a mi computadora, y le perdoné la vida a un alacrán negro que me fue a visitar.

El piso del baño tiene una silueta marcada con gis de cómo quedó el cadáver, y otra, dibujada en mi mente, de dónde perdoné una vida.

2 comments:

Canalla said...

En el azulejo de mi baño hay impresa una cartografía que no descifro por completo: siempre acabo con un café en la mano, imaginando derroteros.
¿Matarías a un centauro impertinente dentro de tu baño, le perdonarías la vida, te rendirías? Me gusta tu blog y me gustas tú (música de Manu Chao)
Palabra de verificación: inverly... Algún día será Indeedly, ¿no crees?

K. said...

Ah Canalla, hay mcuhas ocsas que pueden caer en el baño, muchas cosas que pueden suceder en los azulejos rotos del baño... y hay otras que solamente existen para que no existan.
Un centauro en el baño, quizás me rendiría, quizás jugaríamos ajedrez, quizás lo ignoraría mientras me dejara meterme a la tina.
quizás.
Explica lo de inverly.

(( ))

( un paréntesis es un momento para respirar ) ( un paréntesis es un silencio para soñar ) ( un paréntesis es un espacio para estar )