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Por: Kekena Corvalán | Publicado el: 22 de Enero de 2011, Buenos Aires, Argentina
La performance durativa realizada por Esilda Viale Garzón en Vitoria, Brasil nos permite continuar divagando sobre el mito de la bella durmiente, en la reflexión que disparamos en torno a la lectura del estimulante ensayo La espera, la seducción de las bellas durmientes, de Kelly A.K.
La Zombie
La zombie es una performance de la artista Esilda Viale Garzón para su serie de acciones Vidrieras Vivientes. Una mujer joven yace en una cama, a ratos dormitando. Eventualmente se despabila, se incorpora e ingiere una pastilla con un vaso de agua de una mesita junto a su cama, donde hay varios blisters de remedios.
Junto a ella, un cartel, a manera de leyenda de la situación, explica:
“Las estadísticas revelan que en Argentina los medicamentos de mayor facturación durante el último trimestre de 2009 fueron principalmente los destinados al sistema nervioso central: ansiolíticos, antidepresivos, hipnóticos y sedantes”.
Todo sucede detrás de una vidriera, es decir, la acción es fundamentalmente una exhibición. Puede ser contemplada todo lo que se quiera y fotografiada con total libertad. La artista no interactúa con el público. Si bien la gente que la observa puede ingresar, elige no hacerlo. Dos jóvenes se buscan sillas y se sientan a ver como si fuera una obra de teatro. Otra pareja se suma sentándose en el suelo durante varias horas, y finalmente aplaudirán cuando salga.
Entre el público se registran distintas reflexiones. Una mujer dirá, por ejemplo, que le parece una cárcel contemporánea, un gran bigbrother, todo de vidrio en donde todos vemos todo lo que pasa, una intimidad compartida.
Esto se lleva a cabo en el marco de un festival en la Ciudad de Vitoria, Brasil, Trampolim.
En el arte contemporáneo, los medicamentos han sido utilizados en tanto objetos. Vale la pena mencionar las series de instalaciones de Demian Hisrt (cfr Spring Lullaby).
En este caso se trata de un acto que además de desnudar una práctica social creciente juega con el tema de los actos privados, la mirada, el reconocimiento y los mandatos de género. Carece de la mirada cínica hacia el mercado de Damien Hirst. Sólo está el dato, la acción se agota en sí misma, es la experiencia a transcurrir.
La Bella
Hemos mencionado, a manera de reseña y recomendación, el interesante libro de Kelly A.K., La espera. Seducción de las bellas durmientes. Uno de esos ejes es el del aura, que toma de Walter Benjamin, y le permite a la autora acercar el concepto de obra de arte al del cuerpo femenino, objeto y su representaciòn, en un juego de literalidades, donde ambos valen por igual.
Al igual que lo que Benjamin discurre, se trata de un objeto de doble valor, de culto y de exhibición. En la performance de Viale las pastillas no sòlo valen como objeto, si no que la mujer drogada se exhibe y es contemplada con mayor o menor grado de extrañamiento.
Extrañamiento quiere decir en sus varios sentidos, distancia. En la zombie, también opera una metamorfosis, la de las drogas. Esa distancia es mutua, nos extrañamos los espectadores de lo que primero tuvo que extrañarse el artista. Ajeno a lo que sucede, a la mirada, no escucha. El artista es la obra, muda, sorda y ciega, puesta en su sopor, que intenta mirarse en quien la mira.
Interesante este espacio que la performance de Esilda abre en el mito de la Bella Durmiente, la dulce zombie, la inofensiva drogada, el fenómeno estadístico de la mujer consumidora de drogas que la paralizan, la llevan al mundo de los sueños, de la imposibilidad (adynata, quietud, ausencia de movimientos), que busca mirarse desde ese aura cultural que ha construido la historia para ella.
Como cuando lavaba ollas 6 horas al día en una vidriera, la marca de género juega con cumplir un rol que se espera de ella. En este caso, seduce desde una cama, inofensiva, inerme, ralentada, inmóvil, corporal, bella, aurática.
La artista
Esilda Viale Garzón nace en 1982 en la ciudad de Córdoba, donde completa la Licenciatura en Comunicación Audiovisual. En 2005 obtiene una beca y viaja San Pablo, Brasil para continuar estudios en la Universidad de Artes Visuales, FAAP.
En 2008 pasa seis meses realizando performances en vidrieras de centros comerciales, en Argentina y en Barcelona.
En 2010 realiza una performance durante 11 días, que consiste en lavar ollas 6 horas por día, en la Galería de Arte- PASAJE17/Mes del Bicentenario.
Su palabra:
“El concepto de mi obra es la búsqueda de la reflexión ante una experiencia estética.
Mi obra es una instalación e intervención simultánea, en donde establezco una profunda relación con el espacio y objetos que elijo.
Como comunicadora audiovisual considero que las vidrieras son un espacio ideal para transmitir un concepto, una idea, una sensación o simplemente una imagen.
Sostengo firmemente que son un medio de comunicación sumamente explorable para despertar reacciones y crear vínculos.
Mi obra consiste en intervenir vidrieras realizando acciones dentro de las mismas por un tiempo determinado.
Generalmente trabajo con temas de la vida cotidiana más específicamente de la mujer. Busco descontextualizar situaciones intimas y cotidianas de las personas haciéndolas visibles”.
Más información:
http://fuerademoda-cba.blogspot.com/
Publicado en leedor el 19-01-2011
Saturday, January 22, 2011
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(( ))
( un paréntesis es un momento para respirar )
( un paréntesis es un silencio para soñar )
( un paréntesis es un espacio para estar )
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