la química, me hace

Qué decir de las casualidades encarnadas en un fin de semana. Dos días enteros justificando mi falta de fe en el amor; escribir e investigar el funcionamiento del cerebro en las relaciones.
Claro, porque si alguien dice “No soy yo, es mi química cerebral”, hará más tangible y lógica la razón por la que te han roto el corazón. Sí, faltan químicos, o hay demasiado de otros en el cerebro, por eso no está contigo, solamente por eso.
Sí, echarle la culpa al funcionamiento de las sinapsis y secreciones hormonales justifica mi falta de fe en el amor.
No, ni siquiera es falta de fe, es descreencia total. ¿Cómo puede existir un algo tan intangible creado en el medioevo con su romanticismo y cursilería exacerbado? ¿Cómo creer en un algo que no se puede medir, ni tocar, un algo que no contiene dos descripciones iguales de lo que se siente o cómo se siente?
Las neuronas están ahí, haciendo de las suyas entre sinapsis y sinapsis, recaudando datos, desechando otros; se pueden ver, medir, ¿ahí está el amor? ¿o en los genes?
No, definitivamente el amor no existe, por lo menos no como lo he visto descrito por ahí, como dicen que es, como búsqueda y meta última.
No, el amor no existe más que como procesos químicos.
Pero entonces, ¿cómo es que un espectro tan simulado se estampa de manera tan profunda? ¿Cómo es que mi corazón cicatrizó de heridas producidas por un sentimiento ficticio?
Quizás el amor no existe, probablemente no existe, pero el desamor sí.

(el tango del sonrojo)

Me dijo: tengo ganas de escuchar tango cuando te leo

Me sonroje.
le quise decir: quiero escuchar tu tango
me dijo: tus palabras me gustan, me disparan cosas, me remiten.
le quise decir: dime las tuyas, susurradas, combínalas con las mías.

me dijo: pareces bióloga química en tus foto, me parece que deberías tener una bata y estar sumamente excitada con un microscopio en el ojo izquierdo. Gritando: ¡Eureka!

le quise decir: me excitan otras cosas, ¿tu quisieras intentarlo?
le dije: ¿en serio? pues algo hay de eso, pero no.

me dijo: te leo y te leo.
yo me sonroje.
le quise decir: hazlo más. ¿Cómo lo harías si me tuvieras frente a ti?
le quería decir: ¿cómo leerías mi cuerpo?

Le quería decir: ¿me lees de verdad? ¿cómo me leerías más?

Le quería decir: necesito escribirte para leerte, ¿te quiero conocer? ¿cómo me seduces por palabras? ¿quieres que lo haga yo?

Le quise decir: podría seducirte con letras. Eso hago, eso intento hacer. A veces.

Quise decirle: tal vez esta vez, en vez de dejarte seducir, me seduces tu.

(luz líquida)

el secreto se expande









me expando
volteo y veo
me veo


(intento verme, más)



ahí está
mirándome
estaba todo el tiempo
aquello



(se ahoga en el mar de mi mirada lacustre tintada de recuerdos)









amarme a mi misma es el gran reto
amarme es mi maldición bendita