Cuando te encuentras un nudo

El tejido siempre ha tenido un simbolismo en mi vida. Soy un hilo, un estambre, me encuentro con otro y, quizás, nos anudamos y andamos un trecho del camino juntos. Después nos separamos y cada quien sigue su vida, su propia maraña.
Existen hilos que van siempre a tu lado, los nudos se hacen y se deshacen, se reacomodan, se transforman, pero van juntos, acompañándose en las telerañas que se encuentran.
¿Qué sucede cuando uno de esos hilos que me ha hecho compañía tantos años, de pronto se vuelve de otro color? ¿Cómo anudarse y entretejerse con ella cuando ha cambiado tanto?
Tal vez ese hilo no cambio, quizás fuiste tu quien lo hizo. Quizás en un principio el tejido que querían formar ambos hilos era el mismo, y de pronto te das cuenta que cada quien escogió un patrón distinto.
¿Cómo hablar? La compañía sigue ahí, pero el discurso, el tejido ha cambiado. Los enjambres y las agujas ya no significan lo mismo.
La pregunta sería, ¿cómo seguir tejiendo con la misma compañía cuando los patrones son tan disímiles?
Quizás sea el cariño, la compañía, el amor y la historia que existe. Quizás simplemente habrá que mirar cada tejido con una mirada nueva, y aceptarla tal cual es, cada quien sigue su propio camino. No por ello la compañía de una amistad querida está de más.