(Guanajuato)
Hoy, al ver a Stockhausen tocar su trompeta aprendí un término nuevo. El día de hoy me encontré con una metáfora musical que se aplica a las relaciones humanas. Al tocar una nota en un instrumento, cerca de las cuerdas de otro, la misma nota suena sin tocarla.
Se acercaba con su trompeta color cobre a un piano de cola abierto y tocaba junto a las cuerdas, sin acariciarlas.
Pensé que era el viento que salía de la trompeta el que hacía que las cuerdas del piano sonaran; alguien me dijo que era simpatía, al escuchar algo igual, vibraban también. A veces los músicos afinan así.
A las personas nos sucede lo mismo, al escuchar, al ver, al sentir una nota que tenemos dentro, también hacemos música, aunque no nos toquen. Tal vez lo hacemos una octava más alta, tal vez una más baja. Tal vez esa nota exacta no se encuentre ahí, pero algo parecido suena por dentro.
Quizás también tenemos cuerdas que nunca nadie ha tocado, que se pueden tocar, que están tan metidas dentro de nuestro ser que nunca nadie llegará a ellas ni para acariciarlas con un beso. Pero están ahí para sonar el momento en el que escuchan algo similiar, un eco en la memoria de la música que llevamos dentro.
Quizás las amistades son así, las relaciones que vibran al mismo sentir, y de esta manera se vuelven una parte de otra. Quizás.
Saturday, October 18, 2008
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(( ))
( un paréntesis es un momento para respirar )
( un paréntesis es un silencio para soñar )
( un paréntesis es un espacio para estar )
2 comments:
Afortunadamente, las personas no tenemos que estar tan cerca como Stockhausen y el piano, tener cuerdas o la tapa abierta. Con tu texto sentí que algo resonaba en mi interior... claro que sería mejor estar cerca.
Oh sí, todos los cuerpos vibran cuando algo alrededor vibra, y lo hacen, como bien dijiste, por simpatía... es un fenómeno acústico fenomenal, a mí me fascina; a esos sonidos que suenan por simpatía también se les conoce como armónicos.
Me da gusto que hayas podido ver a Markus Stockhausen, hijo del gran Karlheinz Stockhausen, tocar su música intuitiva. Me parece que tocó con Stefano Scodanibbio aquella vez.
Cuando me paro junto a mi piano, le hablo y sus cuerdas me responden amplificando el sonido de mi voz.
Hay una pieza de Luciano Berio para trompeta y la amplificación natural del piano.
Bueno, para rematar. Sentí una resonancia al leerte, así que no me quedó otra que compartirla, así que saludos.
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