Friday, September 30, 2011

Friday, September 23, 2011

Monday, September 12, 2011

(el vacío, diez años después)

(publicado en: http://impreso.milenio.com/node/9024692?ST=1 )

10 de septiembre 2011, 9:30 am. Bajo por un café. En mi edificio colgaron una bandera de Estados Unidos, para rememorar, me dicen. En la calle veo a un hombre usando una playera con la fecha de mañana, la intención es la misma. El ambiente se siente extraño, tenso. Luto y miedo, ¿pasará algo otra vez?


2011-09-12•El Ángel Exterminador


Foto: Gary Hershorn/Reuter
1:16 pm

En la zona cero. Recuerdo la primera vez que estuve aquí después de la catástrofe, de la tragedia: un agujero casi tan profundo como el que dejaron las personas que ya no están. El lugar está lleno de personas que vociferan que el gobierno fue el que planificó el día más negro en la historia de Estados Unidos, los gobernantes son los verdaderos asesinos, dicen.

Sobre el puente Vesey, mientras intento ver entre rejas algo de lo que será el memorial más caro del mundo, suenan unas trompetas. Me quedo helada. Están ensayando para la ceremonia del día siguiente.

Se me llenan los ojos de lágrimas y recuerdo.

Iba camino a la universidad, escuchaba Radioactivo cuando dijeron que algo había sucedido en las Torres Gemelas. Pensé que era una broma. En la universidad todo era un caos. Tenía clase de poesía; le dije a la maestra que ese día no podíamos hablar de poesía (ahora me remite a Adorno y la imposibilidad de hacer arte después de Auschwitz). Nos fuimos a la cafetería. El silencio era sepulcral. Llorábamos y veíamos el noticiero.

No recuerdo cómo manejé a casa.

Me quedé días encerrada, viendo la televisión, tratando de entender.

Me vestí de negro durante un mes. Era lo que yo, a los 19 años, podía hacer en ese momento, declararme en contra de la violencia, declararme de luto.

Recuerdo las imágenes. ¿Cuántas veces vimos el video de cómo penetraba la torre el segundo avión? ¿y la del hombre que se tiraba? ¿cuántas veces la repitieron los medios hasta que se quedaron en nuestra piel, quemados?

Estoy parada frente a gente que protesta en contra del gobierno, son los de las teorías de conspiración. Imagino este espacio cuando todavía no sucedía nada, cuando el mundo era otro y luego ese instante en el que transformó la cotidianidad en humo y terror, polvo y gritos. Veo a un guía de turistas explicarle a un grupo de señoras qué es lo que no están viendo, lo que ya no está ahí.

Cerca, en la iglesia más antigua de la isla, miles de listones blancos están amarrados a las rejas. Tienen una impresión que dice “Remember to love”, recuerda amar. Cada quien escribe mensajes personales. Leo uno que dice “We miss you babe”.

3:02 pm

Visito la exposición de fotografía en el Time Warner. Retratos de hace diez años junto a una imagen de este año. Una llama mi atención. Una mujer con un niño en brazos, la niña, a su lado, se tapa la cara. El texto – adjunto a la imagen - menciona al padre, quien ya no está con ellos, murió ese día. La fotografía reciente muestra a la niña, ahora una adolescente que mira de frente, el niño ya casi es más alto que la madre. El padre sigue ausente.

No pude terminar de ver la exhibición. Son tragedias compactas y personales. Son las que penetran.

10:33 pm

Camino a casa me encuentro con una marcha, son cientos de gaitas las que tocan, dolorosamente, por los que ya no están. La banda de la policía, atrás de ellos vienen cientos de personas, conmemorando. Después unos camiones de la NYPD.

00:00

Se prenden las luces de las torres, una vez más.

11 de septiembre 8:34

Llego a Times Square para ver la transmisión de la ceremonia. Me sorprende que poca gente acudió, me asombra que la ceremonia no tiene audio y que constantemente se pierde el video.

Entre turistas y pantallas llenas de colores, es difícil emocionarse. Veo a Obama dar su discurso y pedir un minuto de silencio; en Times Square no existe el silencio. En otros países, en un día de luto nacional suena una alarma por todo el país. No importa dónde estés ni qué estés haciendo todo queda en silencio absoluto. Uno se imaginaría que por lo menos aquí, los coches frenarían, las personas pararían de hablar un minuto. Pero no es así: la vida continúa. Los coches andan, la gente conversa, las pantallas están llenas de colores.

Leen nombres en la ceremonia, los leo en la pantalla. Leerán más de tres mil; cada nombre, una vida.

En Central Park hay una carrera para recordar a las víctimas. En las iglesias habrá misas especiales. En toda la ciudad soldados y policías.

Esta noche habrá una marcha con velas.

Todo esto diez años después, recordando y la pregunta tangible sigue ahí, ¿cómo sanar el dolor de la presencia de la ausencia?

twitter.com/awokenbeauty

Kelly A.K.

Sunday, September 11, 2011

(10 años después)

Duele.
Duele la violencia, duele la tragedia.
Y duele lo vinculado que está a una tragedia personal, a un dolor tan mío.
Hace diez años, cuando me vestía de negro y no sonreía, cuando leía tres periódicos al día y veía todos los noticieros para ¿entender? Esta tragedia, este acto de violencia que cambió al mundo… tal vez intentaba explicarme, también, el acto de violencia que cambió mi mundo. La tragedia mundial podría, tal vez, explicarme la tragedia personal.

(( ))

( un paréntesis es un momento para respirar ) ( un paréntesis es un silencio para soñar ) ( un paréntesis es un espacio para estar )